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Criada, dia 7 de junhor de 2005, em Florianópolis, a Coalizão Brasileira pela Diversidade Cultural (CBDC), durante o Seminário sobre Diversidade Cultural e a Convenção da Unesco, promovido pelo Congresso Brasileiro de Cinema (CBC) e o 9º Florianópolis Audiovisual Mercosul ­- FAM.

O seminário teve a participação de vários especialistas do país e do exterior, entre eles Robert Pilon, vice-presidente da coalizão canadense, Nemésio Juarez, da coalizão argentina, e Paulo Slachevsky, do Chile. Já existentes em 24 países (o Brasil é o 25º), as Coalizões pela Diversidade Cultural reúnem entidades e profissionais das indústrias audiovisual, fonográfica e editorial e hoje seu objetivo principal foi comprometer os estados membros da Unesco a assinar a Convenção sobre Proteção da Diversidade Cultural e dos Conteúdos Culturais e Artísticos, documento cuja elaboração foi finalizada e votado na 33ª Conferência Geral da UNESCO, em outubro deste ano em Paris.

A CBDC foi formada com a participação do CBC, da UBC (União Brasileira de Compositores), da Amar/Sombras (Associação de Maestros, Arranjadores e Regentes/Sociedade dos Músicos Brasileiros), e da Libre (Liga Brasileira de Editores).

Foi eleita uma Comissão Executiva da Coalizão Brasileira, formada pelo cineasta Geraldo Moraes, o compositor e maestro Marcus Vinicius, a editora Marta Martins e a produtora Débora Peters.

A primeira tarefa desta comissão foi buscar a adesão de outras entidades e de profissionais dos diversos segmentos da produção cultural e artística.

Entre os princípios defendidos pelas coalizões na convenção da Unesco está o de que os conteúdos culturais e as expressões artísticas refletem as identidades, as experiências e os valores de cada povo, e, portanto, diferem fundamentalmente dos demais bens e serviços e não podem ser objeto das negociações comerciais que vêm sendo tratadas no âmbito da OMC.

O Primeiro Presidente da Coalizão Brasileira foi o Gaúcho de Santa Maria, Geraldo Moraes passou a infância e adolescência em Porto Alegre (RS). Em 1962 foi eleito vice-presidente da União Nacional dos Estudantes (UNE) no Rio de Janeiro. Refugiou-se em Goiás, na ditadura, depois morou em Brasília onde tornou-se professor de cinema e televisão na Universidade de Brasília (UnB) e por fim fixou residência em Salvador com a sua ultima esposa, Solange Moraes que hoje resgata a Coalizão Brasileira .

Em 2003, foi eleito presidente do Congresso Brasileiro de Cinema. Na sua gestão, trabalhou pela criação da Agência Nacional do Cinema e do Audiovisual (Ancinav). Criou a Coalizão Brasileira pela Diversidade Cultural e foi membro do Conselho Diretor da Federação Internacional das Coalizões (FICDC).

Coalición Brasileña Memoria de la Creación

Por Débora Peter

CONGRESO (12/2/2003)
Cine nacional: soberanía y diversidad

Cineastas, productores, exhibidores, técnicos, distribuidores, docentes, artistas y entidades del sector audiovisual siguen de cerca la dirección de la política exterior de comunicación de Brasil. Hasta ahora, nada nuevo. Lo novedoso es que, con el gobierno de Lula, se espera cautela para que la diversidad cultural sea una de las premisas que guíen las acciones del sector audiovisual nacional. El seminario "Diversidad Cultural e Integración Internacional del Cine Brasileño" se presentó en la segunda jornada del V Congreso de Cine Brasileño, que se celebra hasta mañana en Fortaleza.

Esta es la tercera edición del congreso desde su restablecimiento. La segunda edición tuvo lugar en 1951, la tercera en Porto Alegre (2000) y la cuarta en Río de Janeiro (2001). Uno de los cambios de los últimos cuarenta años fue la creación del Congreso Brasileño de Cine (CBC) como organismo de supervisión del mercado audiovisual brasileño, y no solo como un evento. «Cuando celebramos la edición de Porto Alegre, diagnosticamos la necesidad de crear una entidad que supervisara permanentemente las políticas del cine y los medios audiovisuales brasileños», explica Débora Peters, del CBC. Peters también participa en el grupo de trabajo sobre diversidad cultural, uno de los más emblemáticos de esta edición.

La defensa de la diversidad, los imaginarios nacionales y la soberanía audiovisual abarcan más ámbitos de los que se podría pensar. Lo que está en juego no es solo entretenimiento, sino el patrimonio cultural de toda una nación. Así lo argumenta Leopoldo Nunes, jefe de gabinete de la Secretaría de Desarrollo de las Artes Visuales, vinculada al Ministerio de Cultura. Según Nunes, ha llegado el momento de observar la postura adoptada por el gobierno brasileño este año. El cine y los medios audiovisuales deben ser tratados como políticas excepcionales y no como entretenimiento. La cinematografía norteamericana (es importante recordarlo) es el buque insignia de su industria. Innumerables productos de la sociedad estadounidense se exportan a través de películas de guerra, dramas y romances. Competir con esta industria, que no solo tiene efectos físicos, es como entrar en el campo de batalla en desventaja, sabiendo ya el inmenso riesgo de perder. Para Nunes, la desigualdad en la liberalización de los bienes culturales puede agravarse si los acuerdos bilaterales entre países no consideran la diversidad como un factor esencial.

En varios países, se han formado grupos no gubernamentales para promover este debate: las "Colisiones por la Diversidad Cultural". En América, solo Chile y México mantienen colisiones; sin embargo, Brasil tiene un papel destacado en las negociaciones, entre otras razones, debido a la inminencia del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). Para Jim McKee, director de relaciones externas de la Sección Canadá de la Colisión, Brasil ha mostrado su postura positiva en este debate desde el gobierno de transición de Lula, apoyando las opiniones de la UNESCO sobre la Convención Internacional para la Diversidad Cultural. Esta convención se entiende como un documento sobre el desarrollo de políticas culturales con peso legal y político ante la comunidad internacional. La búsqueda de cuotas equitativas para todos los países no es la única preocupación del grupo. El Foro para la Diversidad Cultural también es interlocutor del gobierno en temas relacionados con la Agencia Nacional de Cine (Ancine). Se prevé que la agencia desaparezca con la creación de la Ancinav, que regulará la televisión. «Ancine no cubre toda la industria cultural, como la televisión», resume Débora Peters.

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COALICIÓN BRASILEÑA BAJO NUEVA DIRECCIÓN:

Tras ocho años de inactividad, la Coalición Brasileña para la Diversidad Cultural se reactiva, precisamente para conmemorar el 20.º aniversario de la Convención de la UNESCO. La nueva Junta Directiva renueva la imagen de la Coalición. La propuesta, presentada también a las coaliciones en París en febrero, aborda la crisis de las organizaciones como tema central. Si en el pasado las grandes asociaciones eran el centro del debate, hoy es imposible seguir la evolución de las ideas sin considerar a los pensadores y líderes locales emergentes, así como el papel de las redes sociales y las organizaciones no gubernamentales. Por parte de los activistas, la participación, que antes se concentraba en una organización con mayor poder, ahora se está disolviendo en una multiplicidad de organizaciones que reflejan la evolución de la conciencia de que nuestras afinidades colectivas no se limitan a la práctica profesional, sino que también nos unen en cuestiones étnicas, regionales, de género y muchas otras.

REAFIRMAMOS QUE LA COALICIÓN BRASILEÑA:


1. tiene los siguientes parámetros para su organización y funcionamiento:

a) los principios, objetivos y fortalecimiento de la Convención de la UNESCO;
b) el rescate, la promoción y la difusión de la diversidad de las expresiones culturales;
c) apoyo a la adopción de políticas y programas públicos que promuevan eficazmente la diversidad cultural.

2. Define tus objetivos como:
a) actuar junto con otras coaliciones y otras organizaciones internacionales;
b) desarrollar, junto con otras organizaciones latinoamericanas, iniciativas orientadas a la integración continental a través de la cultura;
c) establecer cooperaciones y acciones conjuntas con otras instituciones y colectivos que sean acordes con los principios definidos anteriormente;
d) priorizar, en su composición, las alianzas con agentes colectivos e individuales a nivel local y regional que


OBJETIVOS DE LA COALICIÓN BRASILEÑA:


1. Redefinir la composición de la Coalición a fin de reforzar su carácter de órgano informal para reunir iniciativas de la sociedad civil que demuestren un renovado interés en participar en ella y se dediquen efectivamente a proteger y promover la diversidad de las expresiones culturales;
2. Tener como órgano de gestión un colectivo formado por personas de diferentes regiones culturales del país y dedicado a diferentes expresiones culturales;
3. Constituir un Consejo Asesor integrado por personalidades de las diferentes regiones del país y de los distintos segmentos de las manifestaciones artísticas y culturales;
4. Crear un sector dentro del órgano de gestión dedicado a fortalecer el intercambio internacional, especialmente con la Federación Internacional de Coaliciones para la Diversidad Cultural y sus afiliados;
5. Generar proyectos, investigaciones, eventos y otras iniciativas que difundan los objetivos de la Coalición y aseguren su sostenibilidad, con la participación efectiva de sus miembros y mediante alianzas con otras organizaciones sociales, incluido el Centro Brasileño para la Diversidad Cultural;
6. Buscar una mayor interactividad social transformando los instrumentos de difusión y comunicación de la Coalición en entornos de generación e intercambio de ideas y propuestas;
7. Desarrollar proyectos y actividades en alianza con otras iniciativas sociales cuyos objetivos sean similares a los de la Coalición.

Al igual que las demás Coaliciones, las Coaliciones Brasileñas se crearon a raíz de la campaña a favor de la Convención de la UNESCO. Esta movilización estuvo motivada por la defensa de las industrias nacionales en los sectores fonográfico, editorial y audiovisual, amenazadas por el avance depredador de los grandes conglomerados sobre los mercados locales. La Convención se aprobó en 2005 y se encuentra en una fase de implementación lenta.

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